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the Degree Confluence Project
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Argentina : El Neuquén

16.7 km (10.4 miles) WNW of Bella Vista, Neuquén, Argentina
Approx. altitude: 1920 m (6299 ft)
([?] maps: Google MapQuest OpenStreetMap ConfluenceNavigator)
Antipode: 37°N 109°E

Accuracy: 39 m (127 ft)
Quality: good

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#2: Vista hacia el norte - View to the north #3: Vista hacia el oeste - View to the west #4: Vista hacia el sur - View to the south #5: Vista hacia el este - View to the east #6: Evidencia GPS - GPS evidence #7: Mapa con track a 3771 - Map with track to 3771 #8: Yo en la confluencia - Me at the confluence #9: Bajando - Going down #10: Vadeando el rio Nahueve -  fording the Nahueve river

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  37°S 71°W  

#1: Vista general - General view

(visited by Sergio Ruben Zerega, Lautaro Diaz, Leandro Diaz, Miguel Giglioli, Marcelo Banco, Alberto (INDIO) Segurado, Daniel Gorza, Ignacio Tapia, Gustavo Lopez Chamadoira, Fernando Fá, Osvaldo Fá, Fabio Zerega, Pablo Zerega and PURATRACCION)

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14-Apr-2006 --

LA COMUNIDAD DE LAS CONFLUENCIAS NEUQUINAS CONTINUÓ SU TRABAJO

Después de la exitosa captura del día anterior, la 38°S 70°W , la Comunidad de las Confluencias salió a las 8:30 de la mañana rumbo a la cordillera.

No obstante, yo salí un poco antes para conseguir las llaves de la tranquera que nos abriría el paso al valle del río Buraleo, para lo cual había combinado encontrarme con gente de CORFONE (Corporación Forestal del Neuquén) en Las Ovejas.

Nos volveríamos a concentrar todos sobre la confluencia de los ríos Buraleo y Nahueve, en el camino a las Lagunas de Epulafquen, con los tanques llenos y con víveres suficientes para dos días, por las dudas.

A través de Paco, hermano de mi gran amigo Sebastián Calvi, había conseguido el acceso por un campo de CORFONE a la zona del Buraleo. Él no estaba, pero Omar Encinas y su esposa Mariela, no sólo nos concedieron el paso sino que nos acompañaron para ver como vadeábamos el Nahueve al norte del Buraleo y además nos tiraron el dato que podíamos intentar una vuelta completa regresando por Bellavista, varios kilómetros al sur.

Siendo casi las 12:00 am, vadeamos sin dificultades el río Nahueve e ingresamos en la plantaciones de pinos de CORFONE, donde multitud de picadas y cortafuegos se abrían como abanicos, lo que nos llevó a varios intentos infructuosos de avance hacia el oeste, ya que no teníamos información cartográfica tan detallada de esta area, puesto que las forestaciones son bastante nuevas. No obstante, después de varios rodeos, encontramos la salida al oeste que nos llevaría al fondo del valle del Buraleo donde acometeríamos a la ignota confluencia 37°S 71°W, seguramente trepando a pie los últimos dos kilómetros, con algo de práctica de andinismo.

Sorteamos varios arroyos afluentes del Buraleo por una entretenida huella serpenteante y llegamos al borde del valle glaciario que lo aloja, unos 400 metros por encima del cauce.

Allí unos cerrados caracoles que recordaban a una miniatura de los del cordobés Cerro Áspero , nos iban a depositar en el fondo del valle. Los codos eran los suficientemente cerrados para tener que bajar haciendo al menos dos maniobras aún con las pequeñas Vitaras.

Un Unimog de Gendarmería nuevito despeñado unos cuantos metros más abajo nos ponía en alerta que debíamos tener cuidado al bajar. Si alguien necesita repuestos están a disposición, ya que no creo que alguna vez intenten recuperarlo entero. Eso sí, que se apure, ya que para la semana próxima hay anunciadas nevadas y hasta el año próximo no creo que se pueda entrar hasta después del deshielo.

Bajamos y encaramos para el oeste por una huella que a veces se desdibujaba, atravesando cauces secos afluentes del Buraleo, uno tras otro. El meridiano 71 se acercaba vertiginosamente cumpliéndose a la perfección las predicciones cartográficas de oficina.
Al llegar al mismo, hacia el norte se abrió a nuestros ojos, la quebrada del arroyo de Las Nalcas que habíamos saboreado en el Google Earth.

Nos adentramos un poco con las chatas pero enseguida grandes piedras nos cerraron el paso. Un puestero miraba incrédulo como seis chatas caminaban por las piedras hacia ninguna parte, más ágilmente que sus chivos.

Estábamos a 1800 metros planos de la confluencia pero además había que sortear casi 400 metros de desnivel hacia arriba, ya que nosotros estábamos a 1485 msnm y la confluencia a 1900 msnm. Hasta acá llegaba el trabajo de aproximación en equipo con las chatas y ahora había que caminar y trepar.

La Comunidad de las Confluencias ahora dejaba solo a Frodo, es decir a mi, por lo que, tenía que arreglarme por mi mismo para ir a llevar el anillo, perdón el GPS, hasta la confluencia. Ciertas discrepancias en algunas decisiones del grupo hacían más real el paralelo con el argumento del libro de Tolkien.

Con mi hermano Fabio y mi hijo Pablito nos pertrechamos de equipo, comida y agua y nos fuimos hacia el objetivo, mientras el resto almorzaba y luego iría a hacer un reconocimiento hacia el oeste para ver si algún paso cordillerano era accesible para chatas mientras nos esperaban. Estaríamos en contacto radial por cualquier cosa.

La trepada fue laboriosamente dura, ya que para no tener que subir con pendiente muy pronunciada decidimos ir subiendo suavemente por la ladera donde debía estar la confluencia en lugar de acercarnos por el cauce del Arroyo de Las Nalcas. El problema es que la ladera estaba atravesada por multitud de acarreos que hacían peligroso cada cruce donde si bien la pendiente no era muy fuerte, el arroyo de Las Nalcas se veía muy lejos allá abajo.

A las dos horas estábamos a 1700 msnm y a 400 metros de la confluencia. Ahí decidimos desdoblarnos y que yo sólo intentara llegar para tener margen de luz diurna para regresar, ya que lo faltaba no se veía nada fácil.

Comencé a ascender el último tramo, con pendientes mucho más pronunciadas, las que sorteaba con el entusiasmo de llegar; me tomó una hora y media alcanzar la zona de visita exitosa; evidentemente no es lo mismo sobre superficie plana que en áreas inclinadas. Parecía que el círculo mágico de los 100 metros no llegaba nunca. Las chivas me miraban desde el filo de la montaña no muy lejano y algún cóndor habrá pensado en un menú novedoso, mientras como podía, sacaba fotos al GPS y a los alrededores.

Había logrado una nueva confluencia, al menos para mí la más difícil de las que he visitado y eso que no había considerado aún el descenso.

Paradójicamente, el descenso me hizo subir la adrenalina, ya que la gravedad, tan difícil de vencer hacia arriba es invencible hacia abajo cuando el suelo es de acarreo. Tenía que medir cada paso para no resbalar y generar un aluvión de piedras hacia abajo que no tenía idea en que podía terminar o mejor dicho, sí lo sabía.

Mi hermano, que tiene alguna experiencia de montaña, desde abajo a los gritos, me iba guiando con una perspectiva mejor y dejó a Pablito a resguardo de un alero, para venirme a ayudarme a bajar, lo que finalmente logramos sin consecuencias.

A partir de allí, el descenso de los tres fue muy lento ya que las complicaciones del cruce de los acarreos en bajada sumado al cansancio natural de la caminata, atentaban contra nuestra velocidad, mientras la tarde languidecía.

Después de 6 horas de marcha, estábamos otra vez en el cauce del Buraleo, con la enorme satisfacción de ser los dueños de un trofeo difícil, que seguramente demandará mucho tiempo hasta que alguien intente y logre la visita #2. La Comunidad de las Confluencias había salvado al mundo esta vez.

El viaje continuó regresando de noche hasta Las Ovejas por el camino de ida, con un delicioso campamento a las orillas del río Nahueve, en el paraje Los Carrizos.

Al día siguiente, nos abocamos con el intento de la apertura del paso transversal Buta Mallín - Moncol. La 38°S 70°W la dejamos para otra oportunidad, ya que se nos había acabado el tiempo.

English

14-Apr-2006 --

THE FELLOWSHIP OF THE NEUQUEN´S CONFLUENCES CONTINUED ITS WORK

After the successful capture of the previous day, the 38°S 70°W , the Fellowship of the Confluences departed at 8:30 a.m to the Andes mountains.

Nevertheless, I set off a bit earlier in order to get the keys that would open us the door to the path to the Buraleo´s river valley. For this, I had arranged a meeting with some people of CORFONE (Corporación Forestal del Neuquén) at Las Ovejas town.

All group would meet again at the confluence of Buraleo and Nahueve rivers, aside of the route to the Epulafquen Lagoons, with the tanks filled and enough food for two days, just in case.

Through Paco, my great friend Sebastián Calvi’s brother, I had got the access for a field of CORFONE to the zone of the Buraleo river. He was not there, but Omar Encinas and his wife, Mariela, not only granted us the access but also they accompanied us in order to see how to forded the Nahueve river to the north of the Buraleo river and they told us that we could attempt a complete round trip returning by Bellavista, several kilometres to the south.

Being almost 12:00 a.m., we forded the Nahueve river without difficulties and we entered in the plantation of pines of CORFONE, where multitude of paths and fire walls opened up like fans, that led to us several fruitless intents of advance toward the west, since we didn't have so detailed cartographic information of this area, since the plantations are quite new. Nevertheless, after several rodeos, we found the exit to the west that would lead to us the end of the valley of the Buraleo river where we would attack the unknown confluence 37°S 71°W, surely climbing the last two kilometres on foot, with something of practice of trekking in the mountains.

We crossed several tributary streams of the Buraleo river by an amusing zigzagging path and we arrived to the border of the glacier valley that houses it, about 400 meters above the riverbed.

There, some close snails that remembered to a miniature of those of the Cerro Áspero in the province of Córdoba, were to deposit us in the bottom of the valley. The elbows were so close that to required at least two movements, still with the small Suzuki Vitara.

An almost new Unimog of Gendarmería Nacional fallen dozens of meters below, put us in alert that we should be careful during the descent. If somebody needs spare parts of Unimog, they are to disposition, since I don't believe that someone at some time would try to recover it. But, who need them must go hurry, because for the next weeks there are announced snows and hard rains. The access probably will be impossible until the middle of the next summer.

We lowered and we faced the west by a track that sometimes disappeared, crossing dried tributary riverbeds of the Buraleo river, one after another. The meridian 71 approached quickly completing it to the perfection the cartographic predictions of office.

Nearly arriving to the meridian, the gulch of the stream of the Nalcas that we had savoured in the Google Earth toward the north opened up to our eyes.

We went into a bit with the vehicles but big stones quickly closed the progress. A peasant looked unbelievably how six pick-up’s ran among the stones toward no where, more agilely than his goats.

We were at 1800 plane meters from the confluence but it was necessary to climb almost 400 meters difference up, since we were at 1485 and the confluence, nearly at 1900 meters of the sea level. Until here, the approaching work was made in team with the pickups and now it was necessary to walk and climb.

Now, the Fellowship of the Confluences left alone to Frodo, i.e me, so I had to go myself to carry out the ring, sorry, the GPS, until the confluence. Certain discussions inside the group did more real the parallel with the argument of Tolkien´s book.

With my brother Fabio and my son Pablo, we charged with the equipment, food and water and left toward the objective, while the rest ate lunch to go to make a survey toward the west in order to see if any mountain range path was accessible for 4WD later, while they waited for us. We would be in radial contact just in case.

The climbing was very hard, because, in order not to go up with very high slope we decided to go up smoothly for the hillside where the confluence should be instead of trekking by the bed of the stream of The Nalcas. The problem is that the hillside was crossed by multitude of areas with weak rocks that made each crossing more dangerous. Although the gradients weren’t very strong, the stream of The Nalcas was very far below.

After two hours we were at 1700 meters of sea level and at 400 meters straight line meters of the confluence. There, we decided to unfold us and that I myself try to arrive so as to have return with daylight, since the final step seemed difficult.

I began to ascend the last step, with many gradients, and I climbed with the high enthusiasm of reaching the objective. I took me an hour and a half to reach the zone of successful visit; evidently it isn’t the same the approach in plane surfaces that in inclined areas. It seemed that the magic circle of the 100 meters never arrived. The goats looked at me from the edge of the mountain not very distant and any condor will have thought of an unusual menu, while I took the photos to the GPS and to the surroundings in very bad conditions of equilibrium.

I had achieved a new confluence, the most difficult of all visited by me. I had not considered the descent, though.

Paradoxically, it made me go up the adrenaline, because the graveness, so difficult to conquer up is invincible when the floor is composed of unstable rolling stones. I had to measure each step in order not to slide and generate stones alluvium down that I had no idea how could finish. Well, I knew it, actually.

My brother, who has any experience of mountaineering, from below (with a better perspective) guided me to the screams meanwhile Pablito was left covered for an eaves, as a shelter of potential falls of rocks. Finally the descent was achieved without consequences to be together again.

Starting from there, the descent of the three of us was very slow, because the complications of the crossing of the unstable rolling stones, added to the natural fatigue of the walk, attempted against our speed, while the evening languished.

After 6 hours of trekking, we were in the riverbed of the Buraleo again, with the enormous satisfaction of being the owners of a difficult trophy, which surely will demand much time until somebody attempts and achieves the visit #2. This time, the Fellowship of the Confluences had saved the Earth.

The trip continued returning at night to Las Ovejas town for the same road we had taken first, with a delicious camp in the banks of the Nahueve river, in the place “Los Carrizos” .

The following day, we dedicated to the attempt of opening the transverse path Buta Mallín - Moncol. The 38°S 70°W was left for another opportunity, since the time had finished for us.


 All pictures
#1: Vista general - General view
#2: Vista hacia el norte - View to the north
#3: Vista hacia el oeste - View to the west
#4: Vista hacia el sur - View to the south
#5: Vista hacia el este - View to the east
#6: Evidencia GPS - GPS evidence
#7: Mapa con track a 3771 - Map with track to 3771
#8: Yo en la confluencia - Me at the confluence
#9: Bajando - Going down
#10: Vadeando el rio Nahueve - fording the Nahueve river
ALL: All pictures on one page